También conocí a otros cientos de seres olvidados, personas anónimas que investigan para la humanidad, que descubren nuevas medicinas, nuevas partículas subatómicas, nuevos teoremas matemáticos, curas para el cancer y el alzeimer, que descubren planetas recónditos con la esperanza del mañana. Me enseñó la valía del esfuerzo y la dedicación, la entrega al conocimiento. La grandeza de la recompensa personal y anónima de un trabajo dedicado al prójimo.
Conocí fantasmas y demonios que habitan la tierra, conocí duendes y gnomos, seres fantásticos que habitan bosques escondidos, bosques secretos y cuevas misteriosas. Aprendí lo maravillosa que es la imaginación y la fantasía. Aprendí a no dejar, jamas, de soñar despierta. A no dejar que la vida se llevara esa parte de niña que hay en mí, esa parte que todos llevamos dentro.
Aprendí, con él, a saber perder. A que a veces, por mucho que te esfuerces, las cosas salen mal y la gente no te comprende. Aprendí, que es entonces cuando no debe decaer el esfuerzo, que es entonces donde se demuestra la verdadera valía. Y, como todo gran maestro, me enseñó con el ejemplo. Me enseñó, que la fuerza de los sueños puede más que nada.
Podría seguir escribiendo párrafos enteros sobre lo que me enseñó, pero jamás acabaría. Sin embargo, si algo se grabó profundamente en mí, fue la grandeza de su alma. Su afán por compartir el conocimiento, perseguir la sabiduría y, por encima de todo, ser buena persona.
Juan Antonio, hoy , tiempo después de tu muerte, cuando todavía las lágrimas cubren con un fino velo mis ojos cuando recuerdo tu nombre, te escribo este Post. En memoria y agradecimiento a todo aquello que me diste, para decirte Adiós, y para decirte que a mi Bosque le pondré tu nombre. Para que en él vivan todos tus personajes y fantasías, para poder ir allí a recordarte y volver a imaginar que me acompañas en la soledad de la noche, como un amigo que coge mi mano y me guía por un camino seguro. Para, con mi pequeño granito de arena, dejar la huella de tu recuerdo a disposición de todo aquel que quiera conocerte.
Espero que estés junto a todos aquellos que quieres, y con muchos de los que reviviste en tus inmortales Pasajes de la Historia. Haciendo honor a las palabras que se dijeron en tu nombre: